En ciernes intervención arqueológica en hacienda Santa Paulina, Patrimonio de la Humanidad

La antigua hacienda cafetalera Santa Paulina, que forma parte de ese gran “Paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba” –Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000–, recibe hoy los primeros pasos de una intervención arqueológica que tendrá una etapa de mayor intensidad desde los primeros meses de 2017.

caneca_evidencia-arqueologica_santa-paulina_santiago-de-cuba-002Arturo Rodríguez Estévez, arqueólogo de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC) de Santiago de Cuba, asegura que en el circuito número dos “Fraternidad” –de ese gran Parque Arqueológico que conforman las antiguas ruinas cafetaleras–, Santa Paulina resalta por ser un excelente ejemplo de adaptación de un sistema agroindustrial al abrupto relieve topográfico de la zona montañosa santiaguera.

“El sitio se adaptó a la pendiente al construirse en terrazas para que el aprovechamiento hidráulico fuese por gravedad: la primera de esas terrazas comprende un tanque de fermentación, tanque colector, área productiva, esta última aún por determinar si era área productiva o área de almacenes; en la segunda hay una escalinata principal escoltada a los lados por los jardines, y ya más arriba se encuentra a la derecha una alberca que suministraba el agua para todo el proceso productivo, más arriba aún está la casa señorial, el área de la cocina y aún debemos definir si los muros que están en la parte posterior de la casa eran los barracones”, asegura Rodríguez.

La propuesta de intervención arqueológica precisamente refiere acceder al lugar siguiendo la dirección de esas terrazas, desde la parte inferior hasta la superior, específicamente se plantea la estrategia de intervención en la zona productiva de Santa Paulina, en la parte inferior, “que es el sitio donde podría haber estado todo el andamiaje de los molinos, quizás encontremos ahí la tahona de Santa Paulina, que en la actualidad no se sabe dónde está”, añade el joven arqueólogo.

Debido a las consecuencias dañinas de la actividad humana en el sitio, se dificulta la obtención de evidencias arqueológicas, se han hallado desechos de hace una semana mezcladas con otras del siglo XIX, “hasta el momento se han realizado estudios en los tanques de fermentación, había escombros de derrumbes de un muro adyacente, desechos animales, vegetales y humanos, todo eso se retiró, se hizo un levantamiento fotográfico, un croquis se obtuvieron algunas evidencias, casi todas del siglo XIX, entre ellas clavos forjados de hierro, restos de cerámica y de vidrio, y entre los hallazgos más significativos estuvo el negativo del piso de los tanques, que era de cerámica roja, y una caneca que se extrajo en su totalidad, que quizás en otros lugares del país sea algo normal, pero para nosotros no, pues nos encontramos ese tipo de evidencias, canecas de grey cerámico, pero en fragmentos, ”

trabajos-arqueologicos_santa-paulina_santiago-de-cuba-002La otra singularidad de la antigua hacienda cafetalera Santa Paulina es el enorme horno de cal, entre cinco y siete metros de altura, y cuatro metros de diámetros, cóncavo en el interior, y “aún se ven restos de caliza dentro, la cal que después se empleaba para mejorar el suelo en los cultivos y para la argamasa, los morteros, los estuques… era el aglomerante que se empleaba para construir cualquier edificación, doméstica o productiva”, refiere Arturo Rodríguez.

La antigua hacienda Santa Paulina forma parte del circuito dos “Fraternidad”, del paisaje arqueológicos de las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba, junto a Fraternidad, San Felipe, San Luis de Jacas y San Juan de Escocia.

Este circuito dos recibe hoy los beneficios constructivos del proyecto Los Caminos del Café, con financiamiento de la Fundación Malongo, la Unión Europea y la OCC, para la puesta en valor de estos antiguos asentamientos de colonos franceses y sus esclavos que llegaron a Cuba tras huir de la Revolución de Haití (1791-1804), con vistas a ser un importante atractivo del turismo cultural en el oriente del país.

Escrito por Angela Santiesteban Blanco y J. Loo Vázquez. Fotos cortesía entrevistado