
Invité al escritor y periodista Yoe Suárez a esta conversación. Imaginé un café de por medio, bien humeante. Lo había conocido antes, cuando alguien habló de su talento y de sus libros. Luego, sin saber cómo, recibí un correo suyo. Tiempo después volvemos a reencontrarnos. Por estos días su libro Tú no te llamas desierto volverá a ser noticia.
En la ficha de Yoe podemos leer que en el verano de 2014 se convirtió en el corresponsal más joven que haya tenido un canal estadounidense en Cuba, al empezar su trabajo con la versión de habla hispana de CBN News. Es periodista de la agencia Prensa Latina.
Entre los reconocimientos obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena 2013; y el Premio Documental Memoria Joven, de la 11 Muestra Joven ICAIC. Ganó la Beca Chicuelo 2015 por el guion del largometraje de ficción El rostro del mal.
Tiene publicados los libros Pasajes de la luz (periodismo, 2012) y Tú no te llamas desierto (testimonio, 2015), que forman parte de la trilogía en construcción Cuba crucis, a la que pertenece este volumen.
¿De qué va el libro?
Primero te voy a aclarar algo: este libro es una patada para la gente con miedo.
¿Cómo es eso?
A estas alturas es para que hubieran decenas de libros hechos desde Cuba sobre el tema que aborda Tú no te llamas desierto: la relación Iglesia-Estado y creyente – sociedad en los cincuenta años que van de 1949 a 1999.
Pero muchos investigadores han preferido mantenerse alejados del tema aunque les interese, porque es “candela viva”. Sigue siendo tabú en las políticas editoriales de la prensa, por ejemplo. Me di cuenta de eso leyendo y hablando con varios autores de las ciencias sociales durante los dos años de investigación, y excepto Aurelio Alonso y otros, ninguno ha profundizado en las contradicciones epocales. Las tocan por arribita, como si soplar un poco el polvo los hiciera valientes y a la vez no tuvieran que “comprometerse” demasiado.
Sé que tiene poco tiempo desde que salió de imprenta, pero cuéntame de la trayectoria que ha tenido Tú no te llamas desierto…
Resumiendo: ha sido una locura. En la primera media hora de venta, en enero de 2016, los lectores les arrebataron más de cien ejemplares a los vendedores.
Primero estuvo en la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana. Tuvimos una comparecencia en la radio para promocionarlo y fue genial; di unas declaraciones a una agencia de prensa, publicó la nota sobre la presentación y a las dos horas recibió órdenes de quitarla de circulación (!?). Misterios que llenan de orgullo.
Luego, en mayo pasado, el libro estuvo en El Salvador. Tuve la oportunidad de presentarlo en el Seminario Miramonte y la Universidad José Matías Delgado, donde tuve un encuentro memorable con un grupo de estudiantes de Periodismo de varios cursos. En San Salvador también se interesó por Tú no te llamas desierto el presidente de la Fundación Gabriel García Márquez, Jaime Banfi, quien llevó un ejemplar para la biblioteca de esa institución colombiana.
Estando allá, el joven artista visual Néstor Siré, apadrinó una segunda edición del volumen en formato digital, que se distribuyó a través de la Sección Arte de El Paquete de la Semana. Fue un experimento interesante, que ayudó al que el libro llegara a muchos sitios.
¿Un libro referencia en los estudios sobre la comunidad protestante nacional?
En este mes de septiembre las autoridades del Instituto Bíblico de la Liga Evangélica de Cuba han hablado sobre incorporar el libro como material base para asignaturas de la Licenciatura que ofrecen. Ese sería de los logros más importantes: que el texto cumpla su utilidad y a la vez se convierta en referencia en los estudios sobre la comunidad protestante nacional.
Tú no te llamas desierto llega ahora en una tercera edición a la ciudad de Miami. La tirada, exclusiva para su distribución en los Estados Unidos, cuenta con el espaldarazo de Aurelio Alonso y Amir Valle, y ha generado muchísima expectativa por parte de los lectores. Los organizadores decidieron que el libro fuera el centro del stand sobre Cuba en la Feria Expolit.
Es un orgullo, porque será la primera ocasión en que la isla tenga un stand propio en ese megaevento, y saber que también formo parte de eso es muy lindo.
¿Cómo lo estructuraste?
Mis modelos formales -que es como uno trabaja hasta que el tiempo te hace encontrar un trillo propio-, fueron los libros Girón en la memoria y Pablo: con el filo de la hoja, ambos de Víctor Casaus; y En Cuba, de Ernesto Cardenal.
Me gustaron por el desenfado con que presentaban a los personajes, las situaciones, y la diversidad de fuentes que manejaban, lejos del purismo académico. Desde un titular de diario, un cartel en la calle, un comentario de pasillo, un fragmento de ensayo, de discurso, de grabación. Esa onda salvaje me agradó: la del montaje que da una sensación cinematográfica, que genera ambiente a través de un mosaico de muchas piececillas, donde tú eres el curador de las palabras, de la historia.
Yoe Suárez contribuye a aproximarnos al curso de la renovación carismática iniciada en los 70 y el auge pentecostal dentro del protestantismo cubano de hoy. Sus análisis constituyen un conjunto valioso para la investigación sobre el tema, con matices que algunos de los trabajos más conocidos han pasado por alto.
Aurelio Alonso, La Habana, investigador y ensayista
Además de sincero y plural este es un libro aportador, necesario a la hora de reconstruir la existencia y los avatares de una parte esencial de esa sociedad civil que Cuba necesita: la comunidad de la fe cristiana. Pero más allá de su inmersión en ciertas zonas del protestantismo cubano, se trata de un estudio serio sobre un derecho fundamental: la libertad de creer.
Por Yunier Riquenes García en CLAUSTROFOBIAS.COM