Se confirma el viaje de los Reyes de España a Cuba

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Tal y como informamos en nuestro digital ELPORTALUCO el pasado día 11, hoy desde la Habana Mauricio Vicent, en crónica desde La Habana para EL PAIS, confirma el viaje de los Reyes de España a Cuba.

Los Reyes visitarán Cuba tras las elecciones del 10-N

Josep Borrell ha confirmado este miércoles en la Habana el viaje del jefe de Estado

Parecía que de nuevo podría frustrarse, pero finalmente habrá viaje de los Reyes a Cuba. Así lo confirmó ayer en La Habana el ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, tras concluir una ronda de diálogo político de alto nivel con el canciller cubano, Bruno Rodríguez. Pese al complicado calendario electoral en España, el viaje oficial de los Reyes, varias veces pospuesto, se producirá inmediatamente después de las elecciones, probablemente el 11 de noviembre. Borrell aseguró que sería entre esa fecha y los días previos a los actos de celebración por los 500 años de La Habana, el 16 de noviembre, sin precisar cuántos días durará la visita y cuál será su contenido.

Los Reyes viajarán a Cuba en el marco de las celebraciones por el aniversario de la ciudad, “pero no solo por eso”, dijo el ministro. Se trata de una visita muchas veces programada que hasta ahora no se había producido por diversas circunstancias políticas y a la que se opuso de modo frontal y con malas formas —en 1988— el expresidente José María Aznar cuando dijo aquello de que “el Rey irá a Cuba cuando toque”, tras haber anunciado antes el viaje su entonces ministro de Exteriores, Abel Matutes.

Un año después viajó a Cuba Juan Carlos I, pero no en visita oficial sino para participar junto a Aznar en la IX Cumbre Iberoamericana de presidentes, celebrada en La Habana, que estuvo rodeada de numerosos desencuentros entre el exmandatario español y el fallecido presidente cubano, Fidel Castro. Después de aquello en varias ocasiones se planteó un posible viaje de los monarcas, pero nunca llegó a fructificar. Ahora se producirá lo que, en opinión de Borrell, tenía que haberse hecho ya, pues “una visita de un jefe de Estado de España a Cuba”, dijo, no debe ser “algo extraordinario”. “Por aquí han pasado tres Papas, un presidente de EE UU [BARACK OBAMA] y un presidente de la República de Francia”, comentó.

Adelantándose a las críticas que a buen seguro vertirán los que se oponen a cualquier acercamiento a Cuba y a la visita real, Borrell señaló que esta no debía “verse con connotaciones políticas”. “La visita se encuadra en un momento en el que se da una normalización de relaciones, y otros países con menos vínculos históricos que los nuestros ya han hecho ese viaje”, añadió. La decisión de no mezclar el viaje de los Reyes con los actos conmemorativos de la fundación de La Habana, y terminar antes la visita, se debe a dos motivos, según fuentes diplomáticas: que Felipe VI pueda tener una agenda propia y diferenciada, y para no coincidir con otros visitantes como el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, o el de Nicaragua, Daniel Ortega, que acudirán el 16 de noviembre a la capital cubana.

Borrell, quien ayer tenía previsto reunirse ayer con el presidente cubano, Miguel Díaz- Canel, hizo una firme defensa de los intereses del empresariado español frente al recrudecimiento del embargo norteamericano y la aplicación del polémico título III de la ley Helms-Burton, que ya ha permitido a los primeros reclamantes norteamericanos y cubanoamericanos interponer demandas ante tribunales de EE UU contra empresas extranjeras que supuestamente “trafican” con bienes expropiados, lo que ha afectado a varias compañías españolas.

“Obviamente, esto no contribuye a un clima positivo para fomentar las inversiones, pero desde España y la UE adoptaremos todas las medidas necesarias para obstaculizar estos propósitos”, señaló. Además de las conversaciones oficiales con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, que calificó la visita real de “excelente noticia”, Borrell se reunió con un grupo de empresarios españoles con intereses en la isla, varios de ellos representantes del sector turístico, uno de los más afectados por las medidas de la administración Trump.