
El XXXI Festival Internacional de Coros se realiza aquí en los primeros días de diciembre, cuando se juntarán agrupaciones cubanas y extranjeras, que revitalizarán un género enraizado en la historia musical de esta urbe.
La edición 32 del Festival Internacional de Coros, Electo Silva In Memoriam será en honor a ese santiaguero,decano de la música coral en Cuba, fallecido en mayo último.
El festival también se dedicará a los 30 años del Coro Exaudi, los 65 de vida artística de la maestra Yolanda Martínez, los 115 del natalicio del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén, y el centenario de la cantautora chilena Violeta Parra.
Habrá talleres sobre técnica vocal, coros infantiles, música cubana y caribeña, y cerrarán el festival las rondas que tradicionalmente recorren Santiago interpretando bellas canciones y fusionándose con la vitalidad de la urbe.
Fuentes de la Empresa de la Música Miguel Matamoros informaron que toman parte en el evento colectivos de México, Venezuela, Colombia, Australia, Estados Unidos y Grecia, en una programación que tiene como sede principal a la Sala de Conciertos Dolores, reconocida como una de las de mejor acústica en Cuba.
Con el auspicio del Maestro Electo Silva, director fundador del Orfeón Santiago y Premio Nacional de Música, comenzaron estos encuentros hace más de medio siglo, lapso en el cual se han dado cita en la ciudad cubana coral por excelencia cantores de los cinco continentes.
Una vez más, como ya es tradición, las afinadas y bien acopladas voces salen de los recintos para llevar ese arte a escuelas, universidades y otros centros y espacios públicos.
De acuerdo con el reconocido director de orquesta y compositor Roberto Valera, también Premio Nacional de Música, homenajeado en la trigésima edición, los coros y la secular tradición en esa vertiente son uno de los orgullos de la música cubana.
Valera aludió a los orígenes de esas formaciones en esta misma ciudad, a partir de las obras interpretadas siglos atrás bajo la batuta de Esteban Salas en la capilla de la catedral metropolitana, primera en la Isla.
Evocó el músico que su primera pieza de trascendencia popular fue Iré a Santiago, con sus arreglos basados en un poema del español Federico García Lorca, que en las voces del Orfeón Santiago y con la conducción del Maestro Silva ha devenido un himno para esta urbe.
Como fortalezas del movimiento coral cubano, el director orquestal aludió a los buenos y muy profesionales compositores y directores, a los jóvenes egresados de la enseñanza artística, la calidad de los intérpretes y a ese arraigo del canto a pura voz.