
Tú que vas allá arriba dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz en alguna parte.
No se ve nada.
Ya debemos estar cerca.
Sí, pero no se oye nada.
Mira bien.
No se ve nada.
Te han llenado de heridas profundas, de fachadas irreparables.
Dime si duele mucho, si le arrancamos la luna al cielo para que nada los alumbre.
No puedes hacer silencio.
Háblame a pesar del frío y el dolor, a pesar de la muerte.
No te dejaré tirada para que acaben contigo quienes sean.
Vamos a llegar a algún lugar seguro, apriétame el cuello, sostente fuerte; vamos a ayudarnos con la esperanza.
Yunier Riquenes García